lunes, 3 de noviembre de 2014

PRIMEROS NERVIOS





29 de Octubre de 2014

Tras un par de días con problemas con mi correo, por fin puedo entrar y ¡¡SI!!, ahí está el email que confirma que la dieta no fue un sueño.

19 de Marzo de 2.015 es el día elegido para partir y Newcastle el destino.

Después de unos momento de euforia comienzo a preocuparme un poco. Me miro al espejo y... ¡joder! ¡estoy gordo!
Si cabrones, no os riáis. estoy gordo, pero como vosotros, como todos vosotros. (ok exceptuaremos un par de ellos)
Me vuelvo a mirar...de frente....de perfil.... de espalda.... ¡ oh no! joder,estoy gordo.

Intento calmar los nervios, a fin de cuentas, ya digo que todos estamos gordos, no se notará mucho...pero yo es que quiero jugar y no hacer el ridículo...y porque no, intentar ganar el Larry Bowles.

Vale, pillo un calendario, veamos 30,60,90......¡141!
141 días para que llegue el esperado 19 de Marzo.

¿Podré ponerme en forma en ese tiempo?, ¿puedo bajar 10 kilos (mínimo) en esos días.?
Digo..., SI, joder soy un Porco Bravo, puedo lograr lo que quiera.

Me pillo una lata de cerveza de la nevera y un bote de frutos secos y pienso mi plan de adelgazamiento.

Mañana comenzaré mi dieta, bueno no coño, mañana es Jueves, las dietas siempre comienzan los Lunes. Además es que empieza la octoberfest y tengo que ir, juntarme con otros porcos y sentirme uno de ellos.
Seguro que hablaremos del viaje...ya estoy de nuevo ilusionado....

Ok, el Lunes empiezo a ponerme en forma. Voy a ser un porco bravo ágil y veloz

2 comentarios:

  1. “Indignación” Jones
    ¿Sí me irán a creer
    que provenía de buena cepa galesa?
    ¿Que era más puro de sangre que toda esa basura blanca de acá?
    ¿Y más recto de linaje que los norteños
    y sureños de Spoon River?
    Ustedes no me creerían que pasé por la escuela
    y me leí algunos libros.
    Me veían nada más como un hombre en la ruina,
    de pelo y barba enmarañados
    y cubierto de harapos.
    A veces a un hombre se le vuelve un cáncer la vida
    de tanto verse magullado y vuelto a magullar
    hasta parar en amasijo sangriento,
    como esos brotes en los tallos del maíz.
    Aquí estaba yo, un carpintero, enfangado en la ciénaga de la vida
    en la que entré pensando que era pradera,
    con una percusia por esposa, y la pobre Minerva, mi hija,
    a la que ustedes atormentaron y llevaron a la muerte.
    Así, me arrastré, me arrastré como un caracol a lo largo de los días
    de mi vida.
    Ya no volverán a escuchar mis pasos en las mañanas
    resonar sobre la acera hueca
    camino a la bodega por un puñado de harina de maíz
    y cinco centavos de tocino.

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