lunes, 3 de noviembre de 2014

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25 de Octubre de 2014

 Hola, soy un Porco Bravo. O más bien lo seré. No sé si ello es motivo de sentirse orgulloso, pero estoy emocionado por ello. Toda mi vida he estado perdido, sin rumbo, todo lo que hacía no tenía sentido.
A ver, no soy un despojo humano ni nada de eso, tengo salido de fiesta e incluso he llegado a follar sin pagar.  No soy un friki sin amigos, pero me faltaba algo en la vida y no sabía que era.
Hasta que un día me llegó la llamada de ÉL.
Y sentí la necesidad de unirme a su rebaño, de repente supe que era lo que me faltaba para que mi vida tuviese sentido.
Y así decidí viajar con los Porcos Bravos y disfrutar de pleno de esa experiencia mística y confortadora.


Hoy hemos tenido dieta. Se ha comido y bebido a gusto y la verdad es que poco se ha hablado del viaje. Allí todo el mundo engulle todo lo que puede. De repente se levanta el Main y dice, ¡Newcastle!. Todos rumian algo mientras siguen comiendo y bebiendo. Parece ser un si.

Siguen las discusiones de fútbol y las anécdotas. De repente se levanta el Main y dice, ¡Marzo!. Todos asienten mientras siguen pidiendo más jarras de cerveza.

Acaba la comida y caen algunos cubatas. Alguno aún pregunta donde coño dijo el Main que nos vamos?
- A Liverpool?.
- No, no -contesta otro, creo que a Edimburgo.
- Bueno, que más dará, dice un tercero, ya nos enteraremos cuando nos manden el email correspondiente..

Yo compruebo mi agenda, veo que en Marzo no tengo ningún compromiso importante que me impida ir con la manada.

Hemos dado el primer paso. La rueda empieza a girar. La XII está en marcha.
Voy a casa tambaleándome. El espíritu porco bravo se nota en el alcohol que corre por mis venas.

3 comentarios:

  1. Minerva Jones
    Yo soy Minerva, la poetisa del pueblo,
    burla y rechifla de los patanes de la calle
    por el cuerpo macizo, los ojos bizcos y el bamboleo,
    y peor aún cuando “Butch” Weldy
    me atrapó tras brutal cacería.
    Él me abandonó a mi suerte con el doctor Meyers,
    y yo me fui sumiendo en la muerte, me fui entumeciendo desde los pies,
    como quien se va hundiendo cada vez más en un río helado.
    ¿Irá alguien hasta el periódico del pueblo
    para recoger en un libro los versos que escribí?
    ¡Tenía tanta sed de amor!
    ¡Tenía tanta hambre de vida!

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  2. El derecho a ridiculizar lo que nos parece ridículo versus la necesidad de castigar al burlón en aras del bienestar de la institución.

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  3. no es una hipérbole30 de octubre de 2022, 22:23

    En 2014 se plantaron cien flores en este blog, pero sólo florecieron repollos

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