jueves, 21 de enero de 2021

MIS MEJORES DESEOS PARA ESTE AÑO

 

 


 

 Jueves 21 de Enero de 2021


Que tal compañeros, feliz año para todos.

Como cada año por estas fechas, una vez pasadas las fiestas navideñas, tocaría ponerse a trabajar duramente para bajar los 8 kilos ganados y para preparar la edición correspondiente de la AGCUP.

Pero como este año parece que va a seguir siendo tan o más, si cabe, especial que el anterior, me voy a dejar de momento los 8 kilos encima, porque prepararme para nada es tontería. Yo si no veo visos de que habrá nueva edición de la más grande de las competiciones ni me planteo ponerme a entrenar.

Y eso que en estas fiestas tan atípicas intenté cuidarme un poco aprovechando que con tantas restricciones he dejado de salir muchas veces, no ha habido cenas ni xuntanzas tradicionales, pero eso por otra parte ha sido peor, porque al quedarme en casa y con la ansiedad de no saber que nos deparará el futuro, me he dedicado a comer a manos llenas; polvorones, mantecados, turrón (blando, duro, de frutas, de chocolate....), bombones, mazapán, peladillas, hojaldres, roscones...todo bien regado de cerveza y vino para que se digiriese bien.

Quizás lo que peor he llevado de las restricciones, ha sido no hacer (bueno que si lo he hecho, pero ha sido diferente), hacer decía, el tradicional run amok cervecero de fin de año, para encontrarme con algunos compañeros porcos bravos y sobre todo con el MAIN, para que me bendijese de cara a este año 2021.

Como digo, si lo he hecho, pero no ha sido lo mismo. Normalmente, ese último día del año, me presento a las cinco en la alameda para correr, bien equipado con mis sauconny y toda aquella ropa que compre ya hace algún tiempo y que no he utilizado creo que más de seis veces. Los veteranos del blog quizás recuerden aquel momento. (Compra )

Mi táctica de carrera es siempre la misma, de salida me pongo bastante delante, al lado de alguna buenorra, yo le sonrío, estiro un poquito con mis mallitas insinuando el salchichón galego y saco pecho luciendo la camiseta Porcobrava, para que vea con quien tiene la suerte de compartir carrera. En cuanto salimos y  me sobrepasa a los 50 metros, pues voy fijándome e intentando seguir a todas las chicas guapas que me van pasando. Al mismo tiempo voy saludando y dejándome ver entre todas las espectadoras. Siempre procurando ir metiendo la barriga, para disimular lo máximo posible las lorzas.

Al final, después de casi una hora de carrera y de grabar imágenes, me voy a casa, y tras una buena y merecida ducha, ya salgo para ir a los lugares tradicionales y de culto del porcobravismo para acabar el año de la mejor forma.

Pero claro este año cambió todo, ya no había San Silvestre y además había que apurarse que a las seis pechaban todo. Así, que ya desde el mediodía me puse a visitar lugares donde podía encontrar a la porcobravada, pero la verdad, no vi a nadie, ni siquiera al MAIN, quizás debí adentrarme más allá de los límites del Lérez para poder recibir la bendición.

El caso es que cerveza tras cerveza, y tras cerveza y más cerveza, y de que me echarán del último bar casi peor que a George Bailey del bar de Martini, vi que aún eran las seis  y que ya estaba más tajado que un piojo.

A duras penas llegué a casa y como yo soy muy responsable y  cumplo las normas a rajatabla, y esa noche iba a estar solo, me dije que ya era hora de cenar y de meter algo en el estómago antes de que reventase. Así que me fui al sofá, puse la tele para ver algún clásico de estas fechas  y me cené los dos kebabs súper completos y súper guarros que me había pillado de camino.

Es posible que me quedase ligeramente traspuesto, porque cuando abrí un ojo ya había acabado la película y tenía un cacho de kebab todo esparramado por encima.

Por fortuna, aún faltaban quince minutos para las doce y llegaba a tiempo para ver a la Pedroche.

Como no tenía uvas, me pillé doce vasitos de chupito, que rellené a conciencia con una botella de Lagavulin, que tengo reservada para las grandes ocasiones.

Tras los cuartos, comenzaron las campanadas y con cada una de ellas, chupitazo, y un deseo para el 2021.

 

 

Dong

-          Que vuelvan los viajes a la vieja Inglaterra

Dong

-          Que llegue a ser delfín

Dong

-          Que podamos volver a acercarnos para chocar las cinco y/o abrazarme con el MAIN (en su defecto besar por donde pisa)

Dong

-          Que no vuelvan a acusarme de ser un vago en el EAM

Dong

-          Que algún día gane el L.B

Dong

-          Que vuelvan las pachangas  los partidos intersemanales

Dong

-          Que no me purguen

Dong

-          Que vuelvan los interminables Emains de los Lunes con un título de 200 palabras y un texto de 20

Dong

-          Que vuelvan las Dietas

Dong

-          Que vuelva a abrir el ocio nocturno para poder frotar el banano

 Dong

-          Que saquen los cierres perimetrales, a ver si no voy a poder ir a las Marcas Boniatas a pelotear al MAIN

Dong

-          Que a la Pedroche se le salga una teta

.

.

.

 

 

Hablando de eso, quise darle un homenaje a la Pedroche y su vestido, pero el último chupito me dejo ko y el banano ya no me respondía. Me comí los restos del kebab que tenía por encima y me quedé tirado en el sofá. Para cuando me desperté ya se había consumido medio día de este 2021